El Gran Premio de Arabia Saudita es uno de los más nuevos en la Fórmula 1, pero ya se volvió importante para los aficionados. Muchos de ellos acuden personalmente para ver la carrera en vivo, aunque tienen una restricción: no pueden beber alcohol allí.
De acuerdo a lo que se informa oficialmente, no sólo no se venden bebidas alcohólicas en el Circuito de Jeddah (donde se desarrolla la carrera), sino que tampoco se puede llevar este tipo de productos.
A tal punto llega esta restricción, que la clásica celebración de los pilotos que se hace con champaña, es reemplazada por una bebida de agua rosa y azucarada. En 2021, el primer año que se realizó el evento, Max Verstappen se volvió viral, ya que tras haber quedado 2° en el podio, abandonó rápidamente el escenario y dijo que lo hizo "porque no había champán. No había diversión".
Saudi Arabia's first alcohol store has opened in the diplomatic quarter of its capital Riyadh. pic.twitter.com/IxFj1niPTC
— Allah Islam Quran (@AllahGreatQuran) April 24, 2024
Lo anterior se vincula con el funcionamiento normativo interno de Arabia Saudita, donde la ley es clara y se prohíbe desde 1952 el consumo, venta, posesión y fabricación de alcohol, lo cual rige tanto para residentes como visitantes. Los castigos ante la violación de la regla pueden ir desde multas, prisión, hasta los azotes públicos e incluso la deportación.
Sin embargo, la situación podría cambiar de cara al futuro, ya que el primer ministro Mohamed bin Salmán pretende flexibilizar la cuestión. El primer paso de cara a esta meta se dio en 2024, cuando se permitió la venta la de bebidas alcohólicas a diplomáticos no musulmanes.
“Se venderá a los diplomáticos no musulmanes”, fue lo que informaron distintas fuentes a la agencia AFP, y el primer centro de comercialización se ubicó en Riad. Sin embargo, el acceso es restringido, ya que quienes quieren comprar alcohol deben registrarse previamente en una aplicación llamada Diplo App, y pagar cuotas mensuales.