El Salón de la Fama del Béisbol tiene hasta ahora un total de 275 ex jugadores de la MLB que tuvieron el privilegio de ser exaltados allí. De este número 19 son latinos, que llegaron a Estados Unidos desde distintos países, buscando cumplir el sueño de sus vidas.
En lo que va del tiempo que este espacio de honor lleva vigente, Cuba se posiciona como el territorio que más peloteros tiene destacados allí, con un total de 6. Tany Pérez, Martín Dihigo, José Méndez, Cristóbal Torriente, Orestes “Minnie” Miñoso y Tony Oliva son los que integran esta lista.
Dihigo fue el primer cubano enaltecido y la MLB afirma que "podía hacerlo todo en un terreno de béisbol", por lo cual se diferenciaba del resto. Johnny Mize, su compañero y también parte del Salón de la Fama, dijo una vez: “Era el único jugador que vi en mi vida que podía jugar las nueve posiciones, dirigir, correr y batear a las dos manos”.
El segundo país con más representantes son: Puerto Rico y República Dominicana con 5, Panamá con 2 y Venezuela con 1.
El deporte más popular en Cuba es el béisbol, que se estima es practicado por el 62% de la población, en la mayoría de las provincias. A tal punto llega la importancia de esta disciplina, que los mejores en desarrollarla son considerados héroes y embajadores deportivos.
Llegar a Cooperstown es un objetivo que pocos jugadores consiguen, y por eso el orgullo para los latinos es aún mayor. Oficialmente se informa que "ganar la elección para el Salón Nacional de la Fama del Béisbol es uno de los mayores honores en todos los deportes, y está reservado para aquellos pocos que verdaderamente honraron el juego con sus logros notables".
Los originarios de Latinoamérica, además de los de otros territorios, pasan por un exhaustivo proceso de votación para conseguir una placa en el Salón de la Fama. Una parte de la elección está a cargo de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos, y la otra se realiza con miembros del Comité de la Era Contemporánea.