Desde su llegada a Los Angeles Lakers en el sorpresivo y a la vez mediático traspaso que envió a Anthony Davis, entre otros, a Dallas Mavericks, Luka Doncic ha estado bajo la lupa no sólo por su impacto en la duela, sino también debido a su estado físico.
Según diversos reportes, las dudas sobre el nivel de acondicionamiento del cuerpo del esloveno fueron un factor clave que motivó a los Mavs a entregarlo en la famosa operación, al temer comprometerse a largo plazo con una extensión multimillonaria.
De hecho, el reciente fracaso de los Lakers en la primera ronda de los playoffs ante Minnesota Timberwolves volvió a poner el foco en su preparación física. Incluso su ahora entrenador, J.J. Redick, enfatizó la necesidad de que el equipo llegue “en forma de campeonato”, dejando entrever que las palabras iban dirigidas al astro balcánico.
Eso sí, el analista Jason Gallagher reveló que Doncic se encuentra trabajando para revertir esa narrativa: “He escuchado que Luka ya está en una etapa de borrón y cuenta nueva. Está comprometido a cambiar muchas cosas de sí mismo y esta vez viene de personas que antes lo criticaban”.
A sus 26 años, el Wonder Boy ha lidiado con molestias recurrentes de espalda y piernas en las últimas campañas, y aunque sus números siguen siendo elitistas, su resistencia ha sido cuestionada.
En la pasada ronda regular promedió 28.2 puntos, 8.2 rebotes y 7.7 asistencias, con un 36.8% de acierto en triples, mientras que solamente en 20 partidos uniformado de amarillo y púrpura, el cinco veces All Star registró cifras similares, cortesía de 28.2 unidades, 7.2 tableros y 8.1 pases de anotación, aunque mejorando desde el perímetro con 37.9%.
De mejorar su físico, Doncic no sólo reduciría el riesgo de lesiones y longevidad en su carrera, sino que podría potenciar aún más su juego y a unos Lakers que buscarán el anillo a como dé lugar en la 2025-2026.